
Diseño nórdico para acabar con las broncas |
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Trabajar como bestias de tiro no garantiza, ni mucho menos, tener un buen sueldo. El mileurismo es una auténtica plaga en nuestros días, y una legión de treintañeros se ve obligada a vivir en pisos compartidos, cuando sus manías de solterones están ya profundamente arraigadas. Los que comparten casa saben bien que estos espacios no se distinguen por ser comunidades en las que reine la armonía.