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Los juguetes con los que jugaban nuestros padres
Aunque te parezca raro, tu padre también fue un niño y, por supuesto, dedicaba buena parte de su tiempo a jugar como hacías tú cuando eras pequeño. ¿Quieres ver cómo eran algunos de sus juguetes...? |
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Los ositos de peluche eran juguetes muy elegantes hace décadas |
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Si preguntamos a nuestros padres con qué jugaban cuando eran niños, en el 95 por ciento de los casos nos van a responder que con una pelota; unos cuantos nos dirán que su pelota estaba hecha con trapos y podrían contarnos que jugaban a una especie de hockey primitivo con palos a modo de sticks y una piedra que hacía las veces de disco. Muchos contestarán que se lo pasaban pipa disparando una escopeta de corchos, con una peonza, un álbum de cromos o un puzzle de madera. Y algunos incluso conservarán todavía hoy su oso de peluche de cuando eran muy, muy chiquitines. Otro juguete clásico de los niños de más corta edad en las décadas de los cuarenta a los sesenta eran los caballitos de cartón...
Pero a medida que el niño iba creciendo, sus juguetes se iban volviendo más y más netamente masculinos. Algo que llama mucho la atención cuando buscas un poco en el pasado juguetil de nuestros progenitores es lo políticamente incorrectos que resultarían en nuestros días... La guerra, los deportes y los medios de transporte son las temáticas estrella para que nuestros padres se entretuviesen en su tiempo de ocio cuando eran niños. El fútbol está muy presente, además de la pelota con la que jugaban en campos improvisados y en los juegos DIY de la época (las chapas), en los futbolines para jugar en casa como el Katin, y el ciclismo en la chulísima Vuelta Ciclista del juguetero Manel Sotorres, con su pelotón, sus escapados y su coche escoba.
Desde que se inventaron los soldaditos de plomo en el siglo XVIII, los niños siempre se han entretenido jugando con armas de pega y con muñequitos con los que escenificar cruentas batallas. Las figuritas de Reamsa y Pech representaban toda clase de guerreros enfrascados en todo tipo de combates: los archifamosos indios y cowboys, soldados del ejército español o de la Guerra de la Independencia Española, guardias civiles y, más curiosos, romanos y gladiadores. También eran juguetes muy deseados las escopetas y las pistolas de pistones, algunas tan realistas que dan hasta miedo.
En el apartado de los medios de transporte hay juguetes míticos que han llegado hasta nuestros días como el Scalextric, una auténtica revolución en la industria del juguete que empezó a venderse en España en 1962. Pero en décadas anteriores ya eran juguetes de lujo, por ejemplo, el tren eléctrico y el Aero-Club Infantil de Payá, o las reproducciones de cochazos que quitan la respiración de la casa japonesa Ichiko. Pero también estaban los coches pulga de Payá, un autentico hit en los años cincuenta, porque eran muy baratitos y como la cuerda les duraba bastante rato se podían hacer carreras con ellos.
Y no os creáis, también nuestros padres tuvieron sus juguetes educativos, el más conocido de todos el Meccano, un juguete británico de construcción fabricado en metal que se introdujo en España en los años veinte, y que seguro que intervino en la vocación temprana de muchos ingenieros actuales. Y otro clásico que ya existía en los cincuenta eran los kits de química experimental, como el Atoms, una inocente caja de cartón que probablemente contendría tal cantidad de productos peligrosos para los niños, que hoy en día sería impensable no solo su comercialización sino siquiera su existencia.
Para terminar este paseo por un trocito de la infancia de nuestros padres, os queremos mostrar un juguete que nos ha dejado flipados, una auténtica reliquia que habla de un pasado que nos resulta cada vez más remoto: la plaza de toros en miniatura de Agustín Teixidó, con figuras fabricadas en goma. Claramente, aquellos eran otros tiempos.
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(5 Feb 2013)
(15 Jan 2013)
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