Conseguir hacerse con momentos extra de sueño está en tu mano
¡No te duermas!
Las jornadas laborales del siglo XXI llevarían a un minero inglés del XIX a la huelga sin dudarlo. El estilo de vida entregado al trabajo ha alcanzado su máxima expresión en Japón, donde, además de inventar artilugios para robar minutos de sueño en cualquier ocasión que se presente propicia, han puesto nombre a la muerte por exceso de trabajo: karōshi. No solo trabajamos demasiadas horas, también nos negamos a renunciar a la vida nocturna entre semana, y el resultado es que cada vez tenemos menos tiempo para dormir y el sueño nos persigue como una de nuestras peores pesadillas.
¿Quién no ha apoyado alguna vez con disimulo la cabeza en la mano frente al PC en la oficina y ha cerrado los ojos...? Los que corren serios riesgos de ser despedidos por practicar esta “fea” costumbre recobrarán la paz con Visomate. Este aparato se coloca sobre el monitor y nos obliga a mantener una postura correcta. Si echamos demasiado la cabeza hacia delante emite un odioso pitidito que evitará que nuestros ronquidos conmocionen a la plantilla.
Pero es inevitable que las fuerzas lleguen a su límite delante del ordenador, por eso una estudiante berlinesa ha ideado el i-sleep: una almohadilla con conexión USB. En el momento en que cerramos el portátil, se infla con aire caliente, activa una lista de música, que elegimos previamente, y nos despierta con una alarma después de un lapso de tiempo que también podemos determinar. El BMW de los cojines…
Menos sofisticadas, pero más funcionales, son las fundas para el portátil con la solapa perfectamente acolchada: una almohada en toda regla para echarse una cabezadita sobre la mesa del despacho. El portátil estará bien protegido y nuestra condición física lo agradecerá. Y los que hagan largos trayectos en transporte público pueden asegurar su descanso sin angustias con unas gafas japonesas que consisten en un antifaz con una pantalla. En esta se indica el nombre de la parada en la que nos bajamos. Solo hay que confiar en que algún amable pasajero nos despierte al llegar a nuestro destino.
Y para completar esos breves instantes de relax con el máximo confort, hay disponibles unas mantitas que se calientan gracias a su conexión USB. Los frioleros, y los que se queden las largas noches de invierno en la oficina, encontrarán en este convenient gadget a un agradable compañero.